miércoles, 14 de noviembre de 2012

Rompe el reloj

Y cae...
Y pasa al otro lado del reloj el enésimo grano de arena.

El grano de la discordia. El que desata en mi mil ansiedades y locuras.
El que desata mi pelo.
El que me hace perder los estribos.
Nunca me había importado. Realmente, creía que cada ser, tenía derecho a tener sus defectos y sus virtudes.

Nunca hasta ahora.
Cuando te das cuenta de que la tormenta de arena puede enterrar a alguien más que a ti.

- Rompe ese reloj al que dices no vivir atada.- Resuena en mi cabeza, ahora que la tormenta ya ha pasado...

Es más bella la arena en el desierto libre a merced del viento. Y mucho más bella aún, si puedo dejar enterrar mis pies junto a los tuyos.

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