viernes, 24 de junio de 2011

Deshecha como el polvo de mi carboncillo.






















Y es que ya no entiendo nada.
Aborrezco ya la poca precisión de este trozo de carbón, que lo único que hace es hacerme echar de menos a Ginger.
Que quizá deba aprender a vivir, sin ella, pero ¿Y si no quiero? Y si lo que más deseo es volver a tenerla cerca.
No quiero una copia, no quiero una imitación, ni tampoco quiero otra nueva...
La quiero a ella, a mi oscura compañera, con la que tantos dibujos, cartas, bocetos y millones de cosas he hecho...
Afirmo con toda seguridad que si de todos los cartuchos de tinta que con ella he consumido, los utilizara para trazar una línea, ésta daría la vuelta al mundo 5 veces.

Que ya no quiero nada más.. la quiero a ella.
Porque para ella sí que soy dispensable, porque sin ella, mis dibujos ya no contarán millones de historias, porque ella sin mi, no es más que otro objeto común...