Vacía, así me sentí ayer al percatarme de la falta de Ginger.
¿Como explicarte como me siento? Sola, triste...
Pensando continuamente dónde puede estar mi fiel compañera...
Con la mezquina esperanza de que haya caído en un oscuro lugar, al que nadie puede llegar.
Que nadie acabe de gastar mi pequeño cartuchito de tinta negra, porque es de mi propiedad...
Ante la falta de mi gran amiga, sumida en la tristeza, no encontré mejor manera de expresar lo que siento que con otro dibujo...
Carboncillo negro que me tiñó los dedos de soledad, y creta blanca, para iluminar un poco mi tristeza.
Ginger, descansa en paz allí donde van a parar los objetos perdidos, que algún día fueron importantes para alguien.
Allí donde residen las cosas que algún día fueron tan esenciales para alguien, que más que un simple objeto o que más que una simple pluma, como es tu caso, formaban parte de aquel que los poseía.
Ante tu perdida, vuelvo a ser una más, vuelvo a tener cinco dedos sin tu oscura y plateada figura, que ya formaba parte de la silueta de mi mano.
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