domingo, 4 de marzo de 2012

Arena y risas

Se hunden mis dedos en la blanca arena mientras mi cuerpo sucumbe a la tentación de reír con vuestra risa.
Sol que ilumina escenas de miradas eternas y perdidas.
Va llegando la oscuridad. Nos atrapan las luces y ese olor a mar que tanto nos gusta.
Me miro y no me reconozco.
Este cuerpo ya no es capaz de contener mis sentimientos. Se ha quedado pequeño.

¿Será tiempo de mudar?
¿O simplemente de seguir disfrutando con el suave roce que mis sentíres antes de su caída?
Sí! Dejar que fluyan, que salgan para luego caer, elevarse y caer al mar.

Eso es lo que voy a hacer.